jueves, 6 de marzo de 2014

cancer cervicouterino

BIENVENIDOS:


 


 Bienvenidos a este  blog en donde publicare sobre el cáncer cervicouterino. Espero que si quieres estar bien contigo misa te unas a este blog y comentes sobre cada una de mis publicaciones.

  

Espero que seamos una comunidad creciente en donde el amor por tu salud sea el punto de encuentro

y el tema de discusión respecto y animo de inculcar a otro el hábito  por estar bien de lo que tanto nos veremos beneficiados(a).


No dudes en dejarme comentarios en cada post y seguirme por vía correo electrónico para no perderte nada.

    
    ¿QUE ES EL CÁNCER CERVICOUTERINO? 




El cáncer cervicouterino, una clase común de cáncer en la mujer, es una enfermedad en la cual se encuentra células cancerosas (malignas) en los tejidos del cuello uterino. El cuello uterino es la abertura del útero, el órgano hueco en forma de pera donde se desarrolla el feto, y lo conecta con la vagina (canal de nacimiento)



El cáncer cervicouterino suele crecer lentamente por un período de tiempo. Antes de que se encuentre células cancerosas en el cuello uterino, sus tejidos experimentan cambios y empiezan a aparecer células anormales (proceso conocido como displasia). La prueba de Papanicolaou generalmente encuentra estas células. Posteriormente, las células cancerosas comienzan a crecer y se diseminan con mayor profundidad en el cuello uterino y en las áreas circundantes.









HISTORIA DEL CÁNCER  CERVICOUTERINO


El cáncer cervicouterino, es un problema de salud mundial para todas las mujeres debido al alarmante número que ha sido víctima de esta enfermedad que además ha cobrado muchas vidas. Durante siglos, la causa del cáncer de cuello uterino era desconocida. No fue sino hasta el siglo XX que los científicos entendieron que la enfermedad era causada por la exposición al virus del papiloma humano (VPH). Las vacunas contra algunas formas del virus están amplia mente disponibles, pero en la mayor parte de la historia, las causas del cáncer de cuello uterino fueron totalmente malinterpretadas.



REFERENCIAS CLÁSICAS:


La enfermedad ha sido conocida desde la antigüedad. En el año 400 a. C, el médico griego Hipócrates escribió acerca de la enfermedad e incluso intentó tratar el cáncer con un procedimiento conocido como la traquelectomía,   aunque se encontró con que nada  erradicaba por completo el cáncer. Este procedimiento, fue utilizado más tarde por un breve período en la década de 1940, implica la extirpación del cuello uterino y la vinculación directa del canal vaginal hacia el útero.

TEORÍAS ERRÓNEAS DE LA CAUSALIDAD: 
Durante siglos, los médicos estaban confundidos en cuanto a la causa del cáncer cervical
La primera teoría saltó a la fama en 1842 en Florencia, cuando haciendo un estudio sobre las muertes por cáncer, el profesor Doménico Rigoni-Stern detectó una curiosa diferencia entre las monjas y las mujeres casadas de la localidad. Mientras las primeras tenían mayores tasas de cáncer de mama, las mujeres desposadas sufrían con más frecuencia el de cuello de uterino. No andaba lejos de la verdad el pionero italiano cuando se atrevió a aventurar la posibilidad de que el cáncer de cérvix tuviese algo que ver con las relaciones sexuales que mantenían las casadas y no las novicias. De estas últimas, dijo, que eran víctimas a su vez de los apretados corsés que vestían debajo del hábito y a los que él culpaba de los tumores mamarios. En eso sí se equivocó.
En 1950, los médicos estaban convencidos de que el cáncer de cuello uterino era causado por la circuncisión y la suciedad acumulada en el prepucio en los hombres y en los labios menores en las mujeres.
En 1970, la idea que prevalece en América y además  el cáncer de cuello de uterino es relacionado con el herpes, idea que también resultó incorrecta.
Además de todas estas hipótesis surgieron otras como el bajo consumo de sal a través de los productos del cerdo que protegería a las mujeres judías, o incluso a un castigo divino contra la promiscuidad sexual.

PRIMEROS AVANCES:
CUERNOS MISTERIOSOS: Aunque la mayoría de los médicos estaban completamente en la oscuridad en cuanto a  la comprensión del cáncer de cuello uterino, un médico tuvo un avance que provino de una fuente poco probable.
En 1930, otro curioso hecho llamó la atención del doctor Richard Shope, de la Universidad de Rockefeller (EEUU). En una visita al campo con un amigo cazador, Shope oyó hablar por primera vez de las liebres con cuernos, una rareza que le puso sobre la pista de la relación de este cáncer con un virus.
Las astas que adornaban la cabeza de algunas liebres eran en realidad enormes verrugas causadas por un virus, tal y como pudo comprobar Shope después de molerlas, filtrarlas en una vajilla de porcelana y obtener minúsculas partículas con las que infectó a otros ejemplares sanos. Estas liebres sanas también desarrollaron la protuberancia en su cabeza tras el contagio y el experimento apuntaló la teoría vírica. Una idea que no volvió a retomar con éxito otro investigador hasta la década de los setenta.
Mientras tanto, y coincidiendo con la creación del Estado de Israel en la década de los cincuenta, los epidemiólogos se preguntaban por qué entre las mujeres judías había menos casos de cáncer de cuello de útero que entre las féminas de otras religiones. Y aunque al principio se pensó que la circuncisión de sus maridos lograba protegerlas, pronto se desechó la idea al comprobar que entre las musulmanas, con maridos igualmente circuncidados, las tasas de cáncer eran mucho más elevadas.
El factor religioso volvió a aparecer en esta historia de palos de ciego cuando se apuntó la posibilidad de que la abstinencia sexual durante la menstruación protegiese a las mujeres ortodoxas de este cáncer. Como ocurrió en el caso de las judías, poco a poco, el cerco de las sospechas sobre los posibles factores de riesgo fue cerrándose en torno a la pobreza y a la
Existencia  de múltiples compañeros de cama.
VERRUGAS DE VACA:    Harald  Zur Hausen retomó la idea de los virus en 1970 a partir de los estudios con liebres, y en 1980 gracias a los avances en la tecnología del ADN, fue capaz de demostrar que el misterioso virus era el del PAPILOMA HUMANO, además de eso,  logró aislar dos cepas de este virus, de las que hoy se sabe que están implicadas en el 70% de los tumores de cuello del útero. Con la causa del cáncer de cuello uterino finalmente entendió que se podía emprender la búsqueda de hallar mejores tratamientos y vacunas.
Sin embargo, pronto surgió un nuevo obstáculo en el camino hasta la vacuna: las verrugas genitales que sufrían las mujeres contenían muy poca cantidad del virus, insuficiente a todas luces para investigar.
Para solventar este reto, un trío de investigadores de la Universidad de Rochester (EEUU) buscó ayuda en las vacas. Con la colaboración de veterinarios de la zona, William  Bonnez y su equipo recogieron muestras de verrugas bovinas, que gracias a su tamaño similar a una naranja les permitió obtener suficiente cantidad del virus.
Sin embargo, para que sus trabajos diesen frutos, los científicos se dieron cuenta que no era suficiente con las muestras bovinas del virus y aprendieron a cultivar la versión humana del papiloma en el laboratorio. Para ello, y dirigidos por Robert Rose, de la misma universidad, infectaron muestras de prepucios desechados durante las operaciones de circuncisión con virus procedentes de verrugas genitales humanas.
El injerto resultante fue trasplantado en ratones de laboratorio incapaces de rechazar el tejido extraño y, esta vez sí, los quistes resultantes contenían suficiente cantidad de papiloma virus de origen humano.



CLASIFICACIÓN DEL CÁNCER CERVICOUTERINO:


 Una vez detectado (diagnosticado) el cáncer cervicouterino, se harán más pruebas para determinar si las células cancerosas se han diseminado a otras partes del cuerpo .Este  proceso se conoce como clasificación por etapas. El médico necesita saber la etapa de la enfermedad para planear el tratamiento adecuado. Las siguientes etapas se usan en la clasificación del cáncer cervicouterino: 



Etapa 0 o carcinoma in situ 

El carcinoma in situ es un cáncer en su etapa inicial. Las células anormales se encuentran sólo en la primera capa de células que recubren el cuello uterino y no invaden los tejidos más profundos del cuello uterino. 
Etapa I 
El cáncer afecta el cuello uterino, pero no se ha diseminado a los alrededores. 
Etapa IA:
 Una cantidad muy pequeña de cáncer que sólo es visible a través del microscopio se encuentra en el tejido más profundo del cuello uterino.
Etapa IB:
 Una cantidad mayor de cáncer se encuentra en el tejido del cuello uterino 
Etapa II 
El cáncer se ha diseminado a regiones cercanas, pero aún se encuentra en la región pélvica. 
Etapa IIA: 
El cáncer se ha diseminado fuera del cuello uterino a los dos tercios superiores de la vagina.
Etapa IIB:
 El cáncer se ha diseminado al tejido alrededor del cuello uterino 
Etapa III - 
El cáncer se ha diseminado a toda la región pélvica. Las células cancerosas pueden haberse diseminado a la parte inferior de la vagina. Las células también pueden haberse diseminado para bloquear los tubos que conectan los riñones a la vejiga (los uréteres). 
Etapa IV 
El cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo. 
Etapa IVA: 
El cáncer se ha diseminado a la vejiga o al recto (órganos cercanos al cuello uterino) 
Etapa IVB:
 El cáncer se ha diseminado a órganos distales como los pulmones 
Recurrente 
La enfermedad recurrente significa que el cáncer ha vuelto (reaparecido) después de haber sido tratado. Puede volver al cuello uterino o a otra luz.
CAUSAS:
A nivel mundial, el cáncer cervical es el tercer tipo de cáncer más común en las mujeres. Es mucho menos común en los Estados Unidos debido al uso rutinario de citologías  vaginales
(Pruebas de Papanicolaou)
Los cánceres cervicales comienzan en las células de la superficie del cuello uterino. Existen dos tipos de células en dicha superficie: escamosas y columnares. La mayoría de los cánceres de cuello uterino provienen de las células escamosas.
El desarrollo del cáncer cervical generalmente es muy lento y comienza como una afección precancerosa llamada displasia. Esta afección se puede detectar por medio de una citología vaginal y es 100% tratable. Pueden pasar años para que los cambios se conviertan en cáncer cervical. La mayoría de las mujeres a quienes se les diagnostica cáncer cervical en la actualidad no se han sometido a citologías vaginales regulares o no han tenido un seguimiento por resultados anormales en éstas.
Casi todos los cánceres cervicales son causados por el virus del papiloma humano (VPH), un virus común que se disemina a través de las relaciones sexuales. Existen muchos tipos diferentes (también llamadas cepas) de VPH y algunas cepas llevan a cáncer cervical. Otras cepas pueden causar verrugas genitales, mientras que otras no causan ningún problema en absoluto.
Los hábitos y patrones sexuales de una mujer pueden aumentar su riesgo de desarrollar cáncer cervical.
 Las prácticas sexuales riesgosas abarcan: 

  • Tener relaciones sexuales a una edad temprana.
  • Tener múltiples parejas sexuales.
  • Tener una pareja o múltiples parejas que participen en actividades sexuales de alto riesgo. 
  • Los factores de riesgo para el cáncer cervical abarcan:
  • No recibir la vacuna contra el VPH.
  • Ser pobre.
  • Mujeres cuyas madres tomaron durante su embarazo el medicamento DES (dietilestilbestrol) a comienzos de los años 60 para prevenir el aborto espontáneo.
  • Sistema inmunitario debilitado.



SÍNTOMAS:

La mayor parte del tiempo, el cáncer cervical inicial es asintomático. Los síntomas que se pueden presentar abarcan:


  • Sangrado vaginal anormal entre periodos, después de la relación sexual o después de la menopausia.
  • Flujo vaginal que no cesa, que puede ser pálido, acuoso, rosado, marrón, con      sangre o de olor fétido.
  • Periodos menstruales que se vuelven más abundantes y que duran más de lo normal.
  • El cáncer cervical puede diseminarse a la vejiga, los intestinos, los pulmones y el hígado. Con frecuencia, no hay problemas hasta que el cáncer esté avanzado y se haya propagado. Los síntomas del cáncer cervical avanzado pueden ser:
  • Dolor de espalda
  • Fracturas o dolor en los huesos
  • Fatiga
  • Fuga o filtración de orina o heces por la vagina
  • Dolor en las piernas
  • Inapetencia
  • Dolor pélvico
  • Hinchazón en una sola pierna
  • Pérdida de peso


FACTORES DE RIESGO


  • 1.- Mujer en el grupo de 25 a 46 años.
  • 2.- Inicio temprano de las relaciones sexuales, antes de los       18 años.
  • 3.- Múltiples parejas sexuales (tanto del hombre como de    la mujer).
  • 4.- Infección cervical por el virus del papiloma humano.
  • 5.- Antecedentes de enfermedades de transmisión sexual.
  • 6.- Tabaquismo.
  • 7.- Deficiencia de folatos y vitaminas A, C Y E.
  • 8.- Nunca haberse practicado el estudio citológico.
  • 9.- Multipariedad (>4 partos)
  • 10.- Desnutrición
  • 11.- pareja de alto riesgo.
  • 12.- >17 años
  • 13.- >4 parejas 
  • l consumo de tabaco, un embarazo a edad temprana, el uso de anticonceptivos orales  y la implicancia física de una alta paridad.
  • ›Promiscuidad
  • ›Tener pareja sexual con cáncer de cérvix o de pene.
  • ›Con infección con otros virus como el del herpes simple (HSV) tipo 2, citomegalovirus (CMV), herpes virus humano tipo 6 y 7 detectados todos en el cérvix.



PRUEBAS Y EXÁMENES:



Si a una mujer se le diagnostica cáncer cervical, el médico ordenará más exámenes para determinar qué tan lejos se ha diseminado dicho cáncer, lo cual se denomina estatificación.

Los cambios pre canceroso del cuello uterino y el cáncer cervical no se pueden ver a simple vista. Se necesitan exámenes y herramientas especiales para descubrir tales enfermedades.
Las citologías vaginales detectan los pre-cánceres y el cáncer, pero no ofrecen el diagnóstico final.
Si se encuentran cambios anormales, generalmente se examina el cuello uterino bajo aumento o ampliación microscópica. Este procedimiento se denomina colposcopia. Durante este procedimiento, se extraen fragmentos de tejido en forma quirúrgica (biopsia) y se envían al laboratorio para su análisis.
También se puede realizar un procedimiento llamado Conización  quirúrgica
Si se diagnostica cáncer cervical, el médico ordenará más exámenes, los cuales ayudan determinar qué tan lejos se ha diseminado. Esto se denomina estatificación. Los exámenes pueden abarcar:

  • Radiografía del tórax
  • Tomografía computarizada de la pelvis
  • Cistoscopia
  • Pielografía intravenosa (PIV)
  • Resonancia magnética de la pelvis
  • Tratamiento
  • El tratamiento del cáncer cervical depende de:
  • La etapa o estadio del cáncer
  • El tamaño y forma del tumor
  • La edad y salud general de la mujer
  • Su deseo de tener hijos en el futuro

El cáncer cervical precoz se puede curar con la extirpación o destrucción de los tejidos precancerosos o cancerosos. Existen diversas formas quirúrgicas de hacer esto sin extirpar el útero ni dañar el cuello uterino, de tal manera que la mujer pueda aún tener hijos en el futuro.

Los tipos de cirugía para el cáncer cervical precoz comprenden:


Procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP, por sus siglas en inglés), que utiliza electricidad para extirpar el tejido anormal.

Crioterapia, que congela las células anormales.
Terapia con láser, que utiliza luz para cauterizar el tejido anormal.

  • Una histerectomía (cirugía para extirpar el útero pero no los ovarios) a menudo no se lleva a cabo si el cáncer cervical que no se ha diseminado. Se puede practicar en mujeres que se hayan sometido a procedimientos LEEP repetitivos.
  • El tratamiento para el cáncer cervical más avanzado puede comprender:


  • Histerectomía radical, con la cual se extirpa el útero y mucho de los tejidos circundantes, que incluyen los ganglios linfáticos y la parte superior de la vagina.
  • Evisceración pélvica, un tipo extremo de cirugía en la cual se extirpan todos los órganos de la pelvis, incluidos la vejiga y el recto.

Es posible utilizar la radioterapia para tratar los casos en que el cáncer se ha diseminado más allá del cuello uterino o el cáncer que ha reaparecido. 


  • Un tipo de radioterapia utiliza un dispositivo lleno de material radiactivo. El dispositivo se coloca dentro de la vagina al lado del cáncer cervical y se retira antes de que la paciente se vaya para su casa.
  • Otro tipo de radioterapia emite radiación desde una máquina grande al cuerpo donde el cáncer está localizado. Es similar a una radiografía.

  • La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir el cáncer. Algunos de los fármacos utilizados como quimioterapia para el cáncer cervical son: 5-FU, cisplatino, carboplatino, ifosfamida, paclitaxel y ciclofosfamida. En algunas ocasiones, se utiliza radiación y quimioterapia antes o después de la cirugía.



  • Citología vaginal  exfoliativa con la técnica de Papanicolaou.
  •  Prueba de Schiller.
  •  Colposcopia
  •  Biopsia radiada de la cérvix, tomando de cuatro a seis fragmentos de la unión escamoso columnar de ésta.
  • Conización: El diagnóstico anatomopatológico es indispensable en estos casos



TRATAMIENTO


El tratamiento del cáncer cervical depende de:

  • La etapa o estadio del cáncer.
  • El tamaño y forma del tumor.
  • La edad y salud general de la mujer.
  • Su deseo de tener hijos en el futuro.
  • Procedimiento de escisión electro quirúrgica con asa (LEEP, por sus siglas en inglés), que utiliza electricidad para extirpar el tejido anormal.
  • Crioterapia, que congela las células anormales.
  • Terapia con láser, que utiliza luz para cauterizar el tejido anormal.
  • Histerectomía radical, con la cual se extirpa el útero y mucho de los tejidos circundantes, incluyendo los ganglios linfáticos y la parte superior de la vagina.
  • Evisceración pélvica, un tipo extremo de cirugía en la cual se extirpan todos los órganos de la pelvis, incluidos la vejiga y el recto.
  • En la radioterapia interna, se utiliza un dispositivo lleno de material radiactivo, que se coloca dentro de la vagina de la mujer al lado del cáncer cervical y se retira cuando ella se va para su casa.
  • En la radioterapia interna, desde una máquina grande se emite radiación al cuerpo donde el cáncer está localizado. Es similar a una radiografía.


El cáncer cervical precoz se puede curar con la extirpación o destrucción de los tejidos precancerosos o cancerosos. Existen diversas formas quirúrgicas de hacer esto sin extirpar el útero ni dañar el cuello uterino, de tal manera que la mujer pueda aún tener hijos en el futuro.

Los tipos de cirugía para el cáncer cervical precoz comprenden:

Una histerectomía (extirpación del útero pero no de los ovarios) a menudo no se lleva a cabo si el cáncer cervical que no se ha diseminado. Se puede practicar en mujeres que se hayan sometido a procedimientos LEEP repetitivos.

El tratamiento para el cáncer cervical más avanzado puede comprender:
Es posible utilizar la radioterapia para tratar los casos en que el cáncer se ha diseminado más allá de la pelvis o el cáncer que ha reaparecido. La radioterapia es ya sea interna o externa.
La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir el cáncer y algunos de los que se usan como quimioterapia para el cáncer cervical son: 5-FU, cisplatino, carboplatino, ifosfamida, paclitaxel y ciclofosfamida. En algunas ocasiones, se utiliza radiación y quimioterapia antes o después.
GRUPOS O APOYOS:
El estrés causado por la enfermedad se puede aliviar uniéndose a un grupo de apoyo para el cáncer.
El hecho de compartir con otras personas que tengan experiencias y problemas en común puede ayudarle a que no se sienta sola. 
Expectativas (pronóstico)
Parece después del tratamiento.
Las afecciones precancerosas se pueden curar por completo cuando se le
S hace un control y tratamiento apropiado. La mayoría de las mujeres están vivas a los 5 años (tasa de sobrevivida a 5 años) para el cáncer que se ha diseminado al interior de las paredes del cuello uterino, pero no por fuera del área cervical. La tasa de sobrevivida a 5 años disminuye a medida que el cáncer se disemina por fuera de las paredes del cuello uterino hacia otras áreas.
Posibles complicaciones

  • Las mujeres que reciben tratamiento para salvar el útero tienen un alto riesgo de reaparición del cáncer.
  • La cirugía y la radiación pueden causar problemas con la función sexual, intestinal y vesical.
  • Cuándo contactar a un profesional médico
  • Consulte con el médico si usted:
  • No se ha practicado citologías vaginales regulares.
  • Tiene un flujo o sangrado vaginal anormal